Luna Nueva en Escorpio/Eclipse Parcial de Sol 2022

Luna Nueva en Escorpio/Eclipse Parcial de Sol

Grado 2°48’

25 octubre 2022

España 12:48 hrs.

Costa Rica 4:48 hrs.

Uruguay 7:48 hrs.

El magma debajo de la tierra se agita, está buscando una salida, quizás el volcán más cercano.  El suelo por el que caminamos tiembla y se agrieta.  A través de esas grietas se escapan gases con olores intensos que vienen desde el fondo de la tierra y, junto con esos gases vienen espíritus del inframundo, los cuales como si fuera la novela de Juan Rulfo, nos saludan con la naturalidad de quien nunca ha sido desterrado por indeseable y transgresor de toda norma. 

Durante un eclipse de Sol (este será un eclipse parcial, no queda completamente cubierto el Sol), la Luna tapa por unos segundos al astro rey, y durante ese lapso nos quedamos sin luz.  El Sol representa nuestra parte consciente, y la Luna nuestro inconsciente.  Al taparse la luz consciente, el inconsciente encuentra la grieta por donde mostrarse.  Por ello se dice que cuando hay eclipse las personas actúan de manera aleatoria,  porque la parte consciente queda sin poder. 

Además, la energía del eclipse es de Escorpio, lo cual subraya este surgimiento de las zonas oscuras, veladas o traumáticas que guardamos dentro.  Aquello de lo que nadie quiere hablar porque es incómodo, de aquello que nos asusta por tener alto nivel de intensidad y sinceridad, por eso controlamos, porque nos da miedo que nos duela.  Con Escorpio y la energía del eclipse, la intensidad de que se nos muestre nuestra sombra se multiplica.

Con los eclipses se abre un espacio de tiempo que no es lineal.   Puede que ocurran cosas durante estos días, o no, puede que sea algo que se irá desarrollando durante los próximos seis meses.   Entramos en una especie de Kairós, concepto de la filosofía griega que hablaba de un lapso indeterminado en que algo importante sucede, el momento adecuado u oportuno, o el tiempo de dios.

Vamos a visitar nuestros infiernos, no hay duda, y no hay manera de endulzar esto. 

No hay manera de endulzarlo porque nuestra mente le teme a cualquier movimiento que altere el equilibrio que cree que ha alcanzado.  Tenemos un ego que se construye estructuras rígidas para generar una sensación de seguridad y vamos “cómodos” caminando sobre mentiras que en el fondo son espinas que nos envenenan sigilosamente.

Esta energía nos hace perder el equilibrio después de que en Libra sentimos que lo teníamos. Tiembla el suelo y se abren grietas.  Caen los velos. Aumenta nuestra percepción, nuestra realidad es más de lo que estamos acostumbrados a mirar.

Entramos en crisis: la crisis es cambio.

Temporada de eclipses, cambios que nos acercan más a nuestra verdad.

Cualquier cosa que amenace a nuestras mentes con mostrarle su parte oscura, sus traumas, dolores o que le revele la posibilidad de morir, o que las cosas puedan cambiar o los planes no vayan como los pensamos o no sean como los idealizamos, nos provoca terror. 

Y estamos hablando de terror máximo.  Reconocer esto, es el primer paso para permitir la transformación.

Eso nos trae Escorpio, este signo intenso,  incómodo y tan malentendido.  A nadie le gusta hablar de las cloacas de la ciudad, pero son imprescindibles.

Para comprender este eclipse, necesitamos mirar al signo que hay al otro lado, a Tauro, la vida, la naturaleza, el disfrute, nuestro cuerpo.  Para que haya vida debe haber muerte, para que haya muerte debe haber vida.

Durante estos días y hasta los próximos 6 meses puede que salga a la luz lo invisible, aquellas partes arrinconadas en el inconsciente, protegidas para que nunca nadie las descubra, en algunos casos ni siquiera nosotr@s mism@s. Gracias a la fuerza del eclipse irán emergiendo.

Pienso en el arcano XIII, el arcano sin nombre, la Muerte, sí…Pero antes veo al Diablo, al arcano XV mirándonos de frente, a los ojos, retándonos y preguntándonos a la cara: 

¿A qué le tenés miedo? 

¿Al fracaso, a no gustar, al rechazo, a los cambios de planes y que las cosas no sean cómo las planificaste, a que te abandonen, a que te dejen de querer, a amar profundamente y que luego te abandonen, a mostrarte vulnerable porque sentís que eso te hace débil, a envejecer, a no tener nunca dinero suficiente, a no alcanzar el status que deseás, a perder el status que tenés, a defraudar a tus padres, a tus amig@s, tu pareja, a vos mism@, a darte cuenta de que no sos tan buen@ persona cómo pensás, a la muerte?..

¿A qué estás aferrad@?

El eclipse nos da la posibilidad de confrontación con nuestros propios demonios. Tener este encuentro es lo que en gran medida nos da poder y fuerza, ya podemos estar completos, ya no vamos a negar más esa sombra, es nuestra y la integramos.

Visitar el infierno es parte del camino de la evolución, después podemos ir a la promesa expansiva de Sagitario, una vez que nuestr@s héroes/heroín@s vean de cara a su sombra. 

El sufrimiento ocurre porque controlamos y no soltamos, porque nos negamos a aceptar.  Mirar nuestra sombra  indudablemente nos lleva a la transformación, pero antes, viene la muerte.

Esta es una MUERTE FÉRTIL, me pregunto cuál no lo es. Pienso en Kali y su poder de destrucción, pero destruye porque eso forma parte del ciclo de la vida, porque sin la destrucción no existe el renacimiento.

Estamos también ante una energía de liberación y purga, porque al ver lo invisible, podemos sentirnos libres de las mentiras que nos contábamos sin saber que nos las contábamos. 

Plutón es el regente de Escorpio, pero además está en cuadratura al Sol, la Luna y Venus, y este es un planeta que destruye lo que ya está muerto, estamos ante una temporada de poda y de despedidas,  para dar paso a la nueva vida que necesita surgir.

Venus juega de protagonista, así que este eclipse sin duda tocará temas venusinos.

Podríamos estar soltando relaciones, o transformando por completo la manera en que nos abrimos a nuestros vínculos y nuestra sexualidad. 

Estamos ante una energía que nos pide profundizar en nuestras relaciones, alcanzar espacios en los que podamos realmente tirar abajo los muros y compartirnos.  Ya sabemos escuchar nuestro deseo individual perfectamente, pero, ¿estamos abiertos y disponibles a escuchar el deseo del otr@? ¿Estamos disponibles al proceso que requiere esa profundidad? ¿Estamos abiertos a escuchar el deseo que emerge de la alquimia del encuentro de energías, cuando la relación en sí misma se convierte en un ente del que surgen nuevos deseos y necesidades?

También esto podría tratarse de una transformación en nuestra escala de valores, aquello que es valioso para nosotros.

Puede que tengamos que dejar morir un deseo, algo a lo que estamos tan atados que no nos damos cuenta que nos hace daño, necesita morir para dar nacimiento a un nuevo deseo que será revisado los próximos meses durante la retrogradación de Marte.

La verdad incómoda sale a la luz, nos podría estar contando sobre nuestros apegos, nuestras adicciones, nuestra sombra, nuestros miedos, nuestros traumas.  Y es en esta revelación dónde podemos encontrar la medicina para sanar, para permitirnos soltar, morir y ojalá renacer.

Es posible que durante estos días algunas personas saquen su peor lado, que haya confrontaciones, choques.  Nos cuesta morir, nos cuesta decir adiós…estamos tod@s en proceso.

Hay un gran estado de catarsis, es imposible saber qué va a pasar,  intentar adivinarlo o controlarlo es inútil. Más bien, podemos utilizar toda esa energía para dejarte morir, no para huir de la muerte.

Cruzamos este umbral mientras se desprenden pedazos nuestros, con heridas expuestas y sangrantes,  aprendiendo que nos hemos hecho daño por aferrarnos a lo que necesitaba morir desde hace tiempo. 

Soltar el control y descansar en la muerte es lo que nos puede dar el combustible para renacer. Para aceptar este gran INICIO.

“No tendríamos la menor posibilidad de llegar a conocer la muerte si sólo se produjera una vez.  Pero, afortunadamente, la vida no es sino una danza ininterrumpida de nacimientos y de muertes, una danza del cambio.  Cada vez que oigo el murmullo de un arroyo de montaña, las olas que rompen en la orilla o el palpitar de mi propio corazón, oigo el sonido de la impermanencia.  Estos cambios, estas pequeñas muertes, son nuestros lazos vivientes con la muerte.  Son su pulso, su latido, y nos incitan a soltar todo aquello a lo que nos aferramos”.

El libro Tibetano de la vida y la muerte.

Buen Eclipse, buena Luna Nueva en Escorpio.

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